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miércoles, 12 de septiembre de 2012

VANDAS

Datos generales:

Vanda es un género superior de Asia (sobretodo tropical), desde la India hasta Taiwán y hasta el norte de Australia. La gran mayoría de los híbridos modernos tienen a la Vanda sanderiana en sus antepasados, una planta originaria de la Isla de Mindanao en Filipinas. Crece en la cima de los árboles y es bañada por el sol casi toda la mañana. Una lluvia que recibe generalmente al principio del mediodía seguido de un tiempo nuboso donde el sol directo se alterna con los períodos de sombra es lo que permite a la planta de no tostarse al sol. La humedad ambiental es sumamente constante, alrededor del 80%. Estas condiciones de cultivo se traducen, en que son muy propicios para el crecimiento de las vandas modernas: Sol, calor, agua y humedad alta.

Requerimientos de luz

Las vandas se clasifican según su follaje en: las vandas de hoja ancha, las de hoja semi-terete y las de hoja terete (cilíndrica). Estas últimas tienen la característica de poder cultivarse a pleno sol, en cambio las semi-terete y en especial las de hoja ancha, si bien requieren de mucha luz, se recomienda que la incidencia de los rayos del sol no sea directa, por lo que se hace necesario darles cierta protección , quebrando los rayos solares mediante el uso de tela sarán de amplio paso de luz, listones de madera orientados de norte a sur, o bien cualquier material semi-translúcido como la fibra de vidrio, sin embargo, en mi caso particular he logrado acostumbrar todas las vandas a sol pleno, cuando recién las he traído las protejo con sarán pero cada semana las voy moviendo aproximadamente 50 centímetros hacia afuera hasta que quedan expuestas totalmente a la luz solar, como aquí la época seca dura 5 meses después del primer mes de época seca las vuelvo a ubicar bajo sarán.

La luz es muy importante en las vandas, aquellas que no la reciben adecuadamente pueden presentar una anormal distribución de las hojas, caracterizándose por aparecer de forma más separada a través del tallo y no sobrepuestas unas a otras. Pero si además, con esta forma anormal de crecimiento se observa deshidratación, el problema habrá que enfocarlo también como falta de humedad, la cual deberá compensarse con un abundante y prolongado riego, debiéndose efectuar un mínimo de tres veces por semana.


Temperatura y ventilación
Casi todas las especies de vanda son a "invernadero caliente" vale decir a altas temperaturas y mucha humedad. Los límites térmicos son por tanto, de verano de día temperaturas entre 28-30°C y por la noche 20-25°C; de invierno de día 15-18°C y por la noche 12-14°C. No toleran por largo tiempo temperaturas más bajas. A estas condiciones crecen continuamente durante todo el año. Considerándo las altas temperaturas las vanda tienen necesidad de una óptima ventilación para evitar daños a las hojas por el calor excesivo, tuve una vanda expuesta a pleno sol colgando de una tapia durante 5 años y no me floreció, hace un año la moví aproximadamente unos 5 metros lejos de esa tapia y a los 2 meses comenzaron a brotar 2 escapos florales, la temperatura extrema que se conserva en la tapia no la dejaba florecer.

Humedad y riego

Las vandas en general requieren de una humedad muy alta, lo ideal es aproximadamente un 80% y durante el mayor tiempo posible, su carencia se manifiesta en una disminución en el número y en la calidad de las flores, si bien es necesario regarlas frecuente y abundantemente, se debe cuidar de que el agua no quede depositada en la base de la planta, pues las raíces pueden llegar a podrirse, debiéndose por tanto, exponerse a una circulación continua de aire. Esta es una de las principales razones por la cual se cultivan en cestas y que estas a su vez cuelguen preferentemente del techo del orquideario.
Las vandas pierden rápidamente la humedad, lo cual se manifiesta por la disminución de la turgencia en las hojas y si se prolonga por mucho tiempo esta situación, por la separación inusual de las hojas.
Debido a que no tienen pseudobulbos y por tanto no cuentan con la posibilidad de contar con reservas de agua, las vandas tienen raíces adventicias (que nacen fuera de su sitio), las cuales además de tener una gran capacidad para tomar el agua de la humedad ambiental, se presentan en un elevado número a lo largo del tallo, llegando a formar intrincadas marañas que deben ser manejadas con mucho cuidado por cuanto son bastante sensibles al maltrato. Es por ello que el riego en las vandáceas reviste de particular importancia y debe realizarse, lógicamente, dependiendo de la humedad ambiental que exista en el lugar donde las cultivamos, pero en todo caso y como elemento indicativo, deben ser regadas en forma copiosa al menos tres veces por semana. Es importante observar el espacio interfoliar así como la turgencia de las hojas, para controlar la cantidad y periodicidad del riego.
Fertilización
Las vandas, en general para lograr un buen desarrollo y en consecuencia una buena floración tanto en cantidad como en calidad, deberán ser abonadas abundantemente y regularmente. Viviendo en el trópico donde las variaciones climatológicas inciden poco a lo largo del año, un plan de fertilización recomendado consistiría en abonar semanalmente utilizando una dosificación de 3 gramos de fertilizante 20-20-20 por cada litro de agua, realizándolo por 3 semanas seguidas y a la cuarta hacerlo con un abono cuya concentración sea de 10-30-20, repitiendo nuevamente el ciclo. Con el objeto de remover los residuos salinos que pudieran acumularse en el sistema radicular, se deberá practicar un riego muy abundante una vez al mes, en el cual deberá dejarse correr abundantemente el agua de riego

Reposo
Como casi todas las orquídeas, las vandas presentan una etapa de descanso en la cual reducen su actividad vegetativa, no con la intensidad que lo hacen las Cattleyas, pero si suficientemente como para que se note. Este período lo podemos detectar fácilmente porque se detiene el crecimiento de las raíces lo cual se hace evidente al no estar presente su extremo verde pálido o color caramelo. En esta etapa no deberá intentarse el repoteo o división alguna de las plantas, pues se corre el riesgo de perderlas.

¿Cuándo dividirlas?
La reproducción por división de las vandas es algo más complicado que en las orquídeas de crecimiento simpodial (Cattleyas y dendrobium), dado que su crecimiento apical no es susceptible de división como éstas. Es por ello que para reproducirlas es preciso separar los hijos o keikis cuando éstos ya hayan enraizado, o bien dividir la planta, si por ejemplo ésta es muy alta, pero cuidándose de que en la parte superior quede un buen número de raíces perfectamente sanas. Para que la planta no se parta por el sitio de corte, se puede asegurar con un tutor. Una vez que se observe el desarrollo de ambas partes, se pueden separar y sembrar aparte la sección superior. En cuanto a los hijos o keikis, una vez separados pueden colocarse en pequeñas cestas de madera, manteniéndolos firmes mediante la incorporación de un poco de raíz de helecho molida o de musgo y presionando alrededor de la plántula para que se mantenga firme, debe colocarse en un sitio húmedo y sombreado hasta que el sistema radicular se adhiera a la cesta, en cualquiera de los dos métodos por el cual se intente la reproducción, hay que evitar al máximo el daño a las raíces, recomendándose manipularlas luego de humedecerlas convenientemente, lo cual les confiere flexibilidad y evita que se partan.

El momento más apropiado para realizar divisiones de plantas o cambios de medio, es aquel cuando las raíces presentan claramente visibles sus extremos verdes o caramelo pálido.

Siendo una de las características de estas plantas el tener raíces adventicias, el tipo de medio donde se siembran deberá permitir una gran aireación de su sistema radicular y por tanto los potes o cestas también deberán permitirlo, recomendándose por lo tanto el uso de cestas de madera o metal, dentro de las cuales y distribuidos entre las raíces, pueden colocarse trozos de raíz de helecho o carbón vegetal (el carbón debe ser el que no contenga aditivos para que encienda más rápido). El uso de potes de arcilla solo se justifica en el caso de especimenes muy grandes y especialmente altos y que en todo caso funcionarían más como base y sostén de la planta que como contenedores del medio de cultivo.

Se recomienda colgar las cestas que contienen las plantas mediante el uso de ganchos de alambre que permitan ubicarlas a una altura algo mayor al de la cabeza de una persona adulta, para que de esta forma se pueda tener un fácil control visual.

Las Vandas por su configuración morfológica, así como por el tipo de medio donde prosperan, requieren de un menos frecuente cambio de medio y si se hace necesario realizarlo por su descomposición, se recomienda introducirlas en una cesta de madera nueva de mayor tamaño, pero recordando siempre no maltratar el sistema radicular (hay que hacer énfasis en esto). Es importante tener en cuenta que las raíces adventicias no deben ser cubiertas por el medio de siembra.

Enfermedades
A estas plantas casi no las atacan los insectos chupadores, cortadores o masticadores, lo cual no implica que nunca los tendrán, sino que dichos ataques no presentan mayores problemas y pueden ser controlados con relativa facilidad. A lo que sí es necesario poner mucha atención es a las infecciones fungosas y bacterianas, a las cuales son propensas, debiendo ser controladas rápida y eficazmente, pues su propagación puede ser bastante veloz y peligrosa. Fumigarlas periódicamente con un funguicida sistémico es una buena recomendación, especialmente si ya hay señales de infección.

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